DESCRIPCIÓN

Vino generoso seco de crianza oxidativa envejecido en botas de roble americano. De color ámbar a caoba, presenta aromas muy intensos que recuerdan a los frutos secos como la nuez y la avellana, bien armonizados con notas tostadas y balsámicas, resultando sabroso y con gran estructura y equilibrio en la boca. Este vino se elabora con uvas de la variedad Palomino Fino procedentes de los mejores pagos de Chiclana. Pertenece a la zona de producción de la D.O. Jerez-Xèrés-Sherry.

ELABORACIÓN 

El Oloroso es, en todo el Marco de Jerez, un vino vocacional que proviene de mostos de uva palomino que dejan claro que no quieren crecer como fino. Su falta de velo de flor decide que se encabece por encima de los 17 grados y se someta a una crianza oxidativa. En Chiclana, es un vino con brío, casi secreto, de escasa producción. Envejecimiento en criaderas y solera.

CRIANZA OXIDATIVA

El vino se somete a una crianza oxidativa durante más de 4 años para equilibrar la notas de madera con las propias de la variedad de uva Palomino. Los matices que le otorga la crianza oxidativa y la merma, favorecen la concentración y la complejidad de un vino singular.

ESTABILIZACIÓN

Los vinos se estabilizan por frío, se clarifican suavemente y se filtran antes de su embotellado.

FICHA PRODUCTO

Nota de cata

Es un vino muy terrenal, muy emparentado con la madera, con la bota, y también con la viña. Entre el color ámbar claro y el caoba, destaca en nariz notas yodadas y a te negro, especiado con clavo, cardamomo, higo secos, dátil. En boca es un vino cálido, que evoca el invierno, aromas a frutos secos, castañas asadas, almendra con un fondo dulce de dátil. Aromas a leña, tostado de rescoldo, chimenea y castañas. Es un vino con mucha personalidad y recogimiento.

Información adicional

Tipo: Oloroso

Uva: Palomino Fino 

Graduación alcohólica: 18º vol.

Crianza: Criaderas y soleras

Formatos disponibles: Botella 75 cl. y 50 cl. Bag in box de 3, 5, 10 y 15 lt. (consultar otros formatos)

CONSUMO

Complejo y poderoso, el oloroso, seco por supuesto, debe tomarse a mayor temperatura que el dulce, para apreciar en su justa medida el equilibrio y la generosidad de su bouquet. Recomendable entre 16 y 18 grados, es un vino excelente para la mesa, para las carnes rojas y los pescados al horno, e ideal para maridar con tapas sofisticadas, que apuestan por el contraste de sabores dulces y salados.